dimarts, 13 d’abril del 2010

Oficios ejemplares


Historia del perrero que había leído a Bierce.

Una perrera municipal es un bien para la comunidad ¿qué hacer sino con las mascotas descarriadas? Abandonarlas es comprensible; es un acto indisoluble a la condición humana. Los cachorros son bonitos y cariñosos pero cuando crecen... ay cuando crecen se vuelven feos, contestones y aburridos. Además lo ponen todo perdido de pipí y de popó.
Así pensaba el bueno de Coll Cunill cuando montó el negocio de la perrera municipal. Consiguió un excelente contrato del ayuntamiento y dedicó todos sus esfuerzos a cazar perros extraviados.
Al principio exponía a los animales y daba voces para que los adoptaran pero las personas de bien no queremos animales descastados. Así que compró un horno de gran capacidad y empezó a eutanasiar a mansalva. Qué hermoso verbo eutanasiar. Qué hermosa palabra mansalva.
Pero el trabajo monótono no está hecho para las mentes luminosas y Coll Cunill empezó a aburrirse de tanta eutanasia perruna.
Hasta que un Domingo de Gloria leyó un cuento sobre un tipo que hacía aceite de perro y se le iluminaron las ideas. La pena es que el libro no explicaba cómo ni con qué, pero no se dio por vencido. Ni las quejas del vecindario por la pestilencia; ni las inspecciones de las autoridades que empezaban a sospechar, frenaron su ímpetu creativo.
Prensó, chafó, trepanó, exprimió, destiló, lobotomizó, volvió a prensar, tamizó, trinchó y prensó una vez más hasta que quedó un ungüento parduzco pegado en el fondo del caldero.
No consiguió hacer el aceite de perro como en el cuento, ni su mujer mataba niños, ni se hizo rico, ni se arruinó, ni tuvo un hijo desagradecido.
Los desalmados ediles revocaron su contrato y Coll Cunill acabó dedicándose al diseño de campos de golf.
Esta es una historia verídica y como prueba, tengo una muestra de la pasta pestilente.
A lo mejor sirve como crecepelo. Tendré que probar.

16 comentaris:

liuva ha dit...

Creo que Ambrose Bierce fue el que dijo que el sonido de una bandurria es la venganza llevada a cabo por los intestinos de un gato muerto.

nomesploraria ha dit...

¿No era de una gaita? quizás se refería a las dos cosas o a la discografía de bumbury

liuva ha dit...

Bandurria: Instrumento de tortura manejado por un ejecutor con algodón en los oídos. Hay instrumentos aún peores que una bandurria: dos bandurrias. El ejecutor bien podría ser Andrés Calamar-o, o Bunbury, o los dos a la vez. En tal caso sería una rondalla. ¡Cielos!

l ha dit...

Jajaja, por un momento he pensado que se trataba de un cebo.

(acho, es que he tenido el aparato estropeado)

Se abre el perro en canal, se despelleja, se le quitan las inmundicias, se trocea y se pone a cocer. Una vez cocido, se cuela y se deja enfriar, quedando la grasa arriba solidificada, pudiéndose retirar entonces cómodamente, con la cual haremos jabón o un aceite tan alimenticio como antaño lo fué el de hígado de bacalao. El caldo restante se tira o se le añaden unas zanahorias en rodajas, unos puerros y unas ramas de apio y se sirve como consomé en el restaurante adyacente que habremos abierto a tal efecto. Se puede acompañar con petites minardises.

la desanchá ha dit...

la desanchá, era la desanchá.

frikosal ha dit...

Hoy me han desbordado, me cuesta seguirles.

el objeto a ha dit...

su historia parece china, y ese aceite elixir un ingrediente del famoso Tofu picante de la Abuela que me zampo en el Hai Cheng

Carlos ha dit...

Uffff, curiosa historia. Bandurria no se si os fijasteis pero es una palabra, como decirlo, curiosa, no? una bandurria suena sí curioso. Un salduo y un placer encontrar este rinconcito

jarta ha dit...

Frks, para evitar desbordamientos, primero es necesario leer a Bierce.
:)

liuva ha dit...

Cuánto tiempo, Antitotus Expiritual. Tiene usted razón, hay que leer a Bierce. Bierce tiene un “Diccionario del Diablo” que es una maravilla. Yo me ducho con él todos los días.

Señor Frikosal, ya que estamos hablando de Ambrose Bierce, me gustaría hacerle un pequeño comentario sobre el tema de la transubstanciación que usted señala en su blog mientas está tumbado en el suelo esperando el retorno de las lagartijas.

Bierce en su “Diccionario del Diablo” define así la Eucaristía (transubstanciación): “Fiesta sagrada de la secta religiosa de los Teófagos. En esta secta surgió una vez una infortunada disputa acerca de lo que comían. Dicha controversia ha causado ya la muerte a quinientas mil personas, sin que la cuestión se haya aclarado”.

El teófago (el que se come a su dios) no considera bárbaro ingerir la encarnación del cuerpo divino en forma de oblea, ni beber vino en sustitución de la divina sangre (vampirismo). Además, en este caso, el teófago también es antropófago, pues se come a Cristo que, como es sabido, es hombre y dios a la vez.

O sea, resumiendo, que el católico medio es teófago, antropófago y vampiro, tres personalidades distintas en un solo ser verdadero: ¡Qué cruz!

(Pd.: Tengo que dejar de leer a Bierce… mea culpa… mea culpa. Menos mal que esto no lo lee mi madre).

la desanchá ha dit...

Les recomiendo que lean, del mismo autor, "Una tumba sin fondo", ejemplo sin par de amor y entrega maternos.

jarta ha dit...

Sra. Li Uva
Le respondo cuando vuelva, que me voy.

Caruano ha dit...

Don Només:
Sirva la presente para comunicarle mi desafecto hacia su espeluznante post. Afortunadamente, a mi amada perra Rita que es buena e inocentona (léase tontorrona) su mirada desenfocada le impide asomarse al horror que usted nos muestra. ¡Qué pensará su Lara Landrú de esta , a todas luces, desafortunada entrada!
Por cierto, me pareció verle el otro día caminando cerca de la Virreina junto a una glamourosa bloguera y a un carcamal, también bloguero. No sé...quizá me equivoco.

Ah, me olvidaba, doña DESANCHÁ, leí el comentario que sobre mi persona hizo usted en una anterior entrada; yo sé que salgo menos favorecido en mi foto del perfil,(la anterior era de mi primo Ambrosio) pero le digo una cosa: usted, en su foto, parece el peón de un ajedrez (y no lo tome como ofensa).
Atentamente, su servidor.

la desanchá ha dit...

Señor Caruano: a la vista de su comentario sobre su foto, he de decirle que su primo Ambrosio (como Bierce) es más guapo que usted (y no se lo tome como ofensa).

Y a la vista de su comentario sobre la mía, no debe asombrarse, pues mi actual ocupación laboral me convierte exactamente en eso.

Sr. Només, ha pensado que su perro, no Lara Landrú, sino el otro, el gordo, podría servirle como ensayo para montar su propia factoría de aceite de perro? Quizá tenga excelentes cualidades cosméticas; no piense que podría causar rechazo su composición, si la gente es capaz de untarse cremas de baba de caracol, entonces es capaz de untarse cualquier cosa.
Y no desanime a su tieta con la liposucción de papada, también de ahí podría salir un buen ungüento.

Ahora que lo pienso, podría montar una clínica de liposucción para perros; evitaría tener que sacrificarlos y de paso el rechazo de Caruano.

la jardinera ha dit...

Como lea este post mi novio, te denuncia por bestia, desalmado y cruel, por no decir joputa!

No digo más nada.

nomesploraria ha dit...

¿Su novio también hace aceite de perro?