dilluns, 30 de juny del 2008

La sonrisa del agrimensor


Simeona Llopart se casó por despecho con un gandul.
Hija única de una familia que había hecho fortuna con negocios de negrero, recibió una educación beata –rosario por la tarde y lecturas de la Biblia después de cenar: relatos tremendos con ángeles codiciados por turbas sodomitas y ciudades arrasadas por la ira del demiurgo. Historias que avivaban sus terrores y moldearon poco a poco un carácter fuerte pero propenso a la ensoñación.
Dedicó su juventud a leer hagiografías de santos descuartizados y mártires asados al espetón. Pero fueron las vicisitudes bíblico-babilónicas las que llenaron su imaginación de personajes delirantes; y Nabucodonosor, el destructor de la bella Nínive, el hacedor de jardines colgantes, fue su favorito. Sus conquistas y fechorías no eran nada comparable con la secreta inquietud que le causaba la grandeza de un torso desnudo esquivando saetas enemigas.
Simeona amaba la rutina y despreciaba a los pretendientes con desaires irreparables. Nabopolasar derrotando a Necao y conquistando Siria; reyes de barbas trenzadas y atributos de toro: éso eran hombres y no los miriñaques de bigotillo grasiento que la pretendían.

Hasta que apareció el agrimensor.

Llopart padre había contratado a aquel joven de manos ásperas para acotar unas tierras en disputa y al verla, le regaló una sonrisa que le paralizó el cuerpo y le achicó las entrañas para siempre. La cortejó con torpeza y modales de menestral; con caricias robadas por unas manos de papel de lija que le hacían perder la razón.
Al enterarse el descendiente de negreros, despachó al agrimensor con un fajo de billetes de banco en el primer barco que zarpara a la Argentina.
Simeona gritó e insultó y profirió blasfemias de tabernero nunca oídas en aquel hogar piadoso hasta que en el alma no le quedó más que odio. Y con ese odio bíblico aceptó casarse con el gandul: un homúnculo despreciable y advenedizo. Pronto los disparatados proyectos del marido arruinaron una fortuna de generaciones y al año y medio la abandonó embrutecida por el sobrepeso y el abuso de coñá a granel.
Se dejaba manosear por cualquiera que le brindase un poco de ternura y escuchase sus historias de reyes con trenzas que nadie creía.
Los niños, con su natural maldad, le retiraron el “Si” del nombre y le espetaban:
“Meona”
“Meona”
"Nabucodonosora la meona"
“Meona la Follipronta”
y le tiraban inmundicias mientras ella cubriéndose el rostro balbuceaba:
“Conquistó Judá y quemó Jerusalén”
“Conquistó Judá y quemó Jerusalén”

36 comentaris:

jarta ha dit...

Nada mejor que el desamor para destrozar una vida.

frikosal ha dit...

¡ Es lo que tienen los agrimensores, de toda la vida lo he oído decir en casa !

nomesploraria ha dit...

Antídoto. vaya, me pasé de trágico. No era mi intención.

Frk
Sí, sí, de siempre, en mi casa también.

Tempus fugit ha dit...

Esta historia tiene más de real de lo que algunos creen...

un abrazo.

Anònim ha dit...

Una pena que el seductor se dejara seducir con un fajo de billetes. Esas manos de lija le hubieran quitado a Simeona los delirios bíblicos y el moho de tantos rosarios.

nomesploraria ha dit...

Es de todos conocida la codicia del agrimensor.
Una pena de gremio.

Y sí es real la infancia plagada de terrores inculcados por supersticiosos irresponsables; el amor inmediato e incondicional; el abandonarse a la demencia y que la desgracia personal sea causa de burla y chirigota.
Y la maldad de los niños... también.

Arcángel Mirón ha dit...

Ay, pooooobreeee!!!!

La vida de Gladys es un parque de diversiones al lado de esto!!

Belnu ha dit...

La primera part del conte és magnífica! La segona m'ha posat trista...

Gwynette ha dit...

La Si_Meona enloqueció ! o_O

En los pueblos cuentan histórias muy parecidas, aunque
en el argumento no haya un agrimensor.

"Penélope, con su bolso de piel marrón...":-)


-M´ha encantat aquesta história!.. ja saps que a mi, els arguments d´amors i desamors, em flipen molt-

Petonets

el objeto a ha dit...

yo estoy con Antídoto, eso es destrozar una vida!

muy triste la historia de la pobre Meona.. seguro que no nos lo cuentas, pero alguna alegría tenía,

tampoco me ha gustado ese personaje del agrimensor, ¿no tenía nada más que manos de papel de lija???

acláranoslo, siusplau, Nmpl!

Anònim ha dit...

Un sbrazo enorme, me ha encantado conocerte, eres tal cual me imaginaba ( aunque yo no, ya sé)y no te he reconocido por la calva que conste, tengo grabada en la retina, la foto de tu perfil, el resto imaginación e intuición mias.
bona nit
Jazzy

odette farrell ha dit...

Qué historia más triste!!! De dónde sacaste esos nombres tan bizarros?

LOLA GRACIA ha dit...

Gladys al lado de esta es Joan Collins en Dinastía...pobrecilla...lo que hace una educación y familia represoras.

Gise =) ha dit...

Pobre Simeona, vaupeada por un desamor... y no me imaginaba que un agrimensor tuviera las manos tan asperas el que yo conozco no me dio esa impresión... por el contrario lo vi un hombre poco tosco, y muy sensible capaz de pasr horas esperando encontrar una libélula para fotografiarla...
Pero bueno este fue capaz de cambiar un amor por unos miseros billetes... Con lo que hubiera disfrutado Simeona en esas manos rusticas pero vividas, lejos de los chupasirio de su familia...
Besitos una historia fantastica!!!! Espero que continue o no????
Los niños pueden ser muy crueles... cuidado...

maite ha dit...

he encontrado al agrimensor de Barquisimeto
http://www.inforhogar.com/template.cfm/2_2_6

Sintagma in Blue ha dit...

La pobre tenía peor nombre que yo...

Anònim ha dit...

Tu tragicomedia engancha... como a Simeona el agrimensor...

nomesploraria ha dit...

POCAS alegrías tuvo Simeona. Una vida solitaria apegada a las rutinas familiares y una infancia llena de terrores nocturnos y supersticiones absurdas. Una educación castrante y mojigata. Lo normal.

El agrimensor además de unas manos de campesino cuyas caricias quitaban el aliento, poseía una sonrisa desarmante. ¿No os habéis topado nunca con alguna? Una sonrisa y una mirada que la desnudaban y que la hacían temblar de arriba a abajo, sin necesidad de hablar.
Olvidé decir que Llopart padre con las habituales prácticas gangsteriles, acompañó el fajo de billetes con amenazas irrebatibles. El agrimensor no era tan malo y estaba sinceramente enamorado de la pubilla (con b de brioche) catalana.

El nombre tan bizarro lo saqué de un menorquín conocido mío al que todo el mundo llama cariñosamente "Mión" con i de idiota.

A mí, tu nombre me gusta.

Anònim ha dit...

Ahora quiero pensar que ya no quedarán casi Simeonas, pero la generación de nuestras madres está plagada de ellas. Unas tiraron por la calle de enmedio, como Simeona, y otras pasaron la vida prisioneras de las tendencias naturales de la carne, por un lado, y el miedo al infierno, por otro, creyendo que hasta la más humilde de las alegrías de la vida pudiera ser pecado. No en vano se esforzaron sus educadores en enseñarles que esto es un valle de lágrimas y que cualquier relajación en una vida de sacrificio las conduciría directamente a las llamas.
También sufrieron otra terrible prisión: el "qué dirán".

Sinceramente espero que al final de sus vidas no alcanzaran a comprender que tanto sufrimiento no valía la pena. Eso sí que sería un castigo.

Anònim ha dit...

Ese agrimensor de Barquisimeto...no dibujará pescaditos? Que los agrimensores tienen mucha maña con el lápiz.

Jordi D. ha dit...

Obediencia, oración y disciplina. Habiendo recibido una educación tan adecuada su presente y futuro era haberse enclaustrado en un convento. Lo del amor y desamor son collonades.

Ephemeralthing ha dit...

Doncs a mi de petit m´encantava llegir els llibres d´"Història Sagrada". En tenia dos, un d´ells amb il.lustracions d´en Guatavo Doré que eren una maravella. Els personatges i les aventures descrites em resultaven molt estimulants i distretes, i fins hi tot algunes molt erotitzants, potser els dibuixos d´en Doré ajudaven.
Així com em costa molt retenir la mitología grega, la mitología de la Biblia la conéc bastant bé gràcies a aquelles lectures.
La desgraciada Simeona va ser victima de tot, les limitacions del seu entorn i de les seves pròpies. Llàstima que no conegués mai algú que la podés ajudar.

frikosal ha dit...

"ángeles codiciados por turbas sodomitas "

Ese fragmento es muy fuerte, el tipo va y les ofrece a las hijas. No suelen leerlo.

nomesploraria ha dit...

El agrimensor de Barquisimeto es un impostor.

El "qué diran" típico de las pequeñas comunidades donde todo el mundo se conocía. Era un espanto. He leído una biografía de la escritora catalana Mercè Rodoreda y habla exactamente de esto y de su lucha por cambiar su vida. A los 8 años la sacaron de la escuela para ayudar a su madre y más tarde la casaron con un tío (carnal, con dispensa papal) que era 14 años mayor que ella. Ella lo consiguió.

Leer historia sagrada avivó nuestra imaginación, es cierto. Además nos ayudo a comprender ciertos mitos corrientes en el arte. Mi hijo si ve un cuadro con un tipo de cuerpo desnudo atravesado de flechas no creo que sepa quien es. Hay historias delirantes y muy crueles. El antiguo testament esta lleno de ellas. El padre capaz de ofrecer a sus hijas entregadas a las hordas de violadores es Lot. Lo hace para salvar a los ángeles que, angelitos, dejaron ciegos para siempre a los sodomitas. Esas hijas que poco más tarde lo emborracharon para yacer con él. Dicen que el vino le hizo perder la conciencia. "Yacer" sin conciencia me parece una actividad complicada. Un demiurgo tan justo que castiga a Sara convirtiéndola en estatua de sal por cometer el horroroso crimen de no poder resistir la tentación de voltearse para mirar los fuegos artificiales de la destrucción de su ciudad. El sr Dawkins lo cuenta mejor que yo en su libro "el espejismo de dios".

nancicomansi ha dit...

Es la portada d'un llibre? precisament n'estic llegint un, molt recomenable sobre la tipo a mà, que es una canya...apunta (si vols, es clar): -ESCRITO A MANO.Diseño de letras manuscritas en la era digital. Steven heller y Mirko Ilic- de laeditorial GG...es fabulòs, de veritat!!!!

Un petò.

nomesploraria ha dit...

Noooooo
és el somriure de L'Egregi agrimensor.
Ja el miraré aquest llibre que dius.

Miss.Burton ha dit...

PicassoMiró, que sepas que esta historia tan tremenda, y cercana, mira que conocí gente en pueblos que vivían así, educaciones castrantes, niñas que viven en su propio mundo, historias que se arreglan con dinero, meonas... Pues eso, que está perfecta, eso sí, es un drama, que espero no tenga un ápice de realidad, o por lo menos, que no tenga que ver contigo, porque es dura de cojones la historia, pero... está perfectamente contada, parece un cuento, eres un cuentista de primera, creo...
Un besazo fuerte, ando desconectada, pero me alegra volver y verte en plena forma. Cuídate mucho,
Delirium.

Belnu ha dit...

Mmm, l'agrimensor també és de Barquisimeto!

Gise =) ha dit...

Delirium: que buen término" cuentista"!!!! Porque me parece que este agrimensor de Barquisimeto
tiene más cuento....
Besitos!!!

Anònim ha dit...

Me extraña un poco que no estes por aquí.
Espero que todo vaya bien.

Un abrazo.

nomesploraria ha dit...

Estoy bien Glauca, muchos líos, demasiado trabajo.

odette farrell ha dit...

Nomes,

On tas???!!! Extraño tus posts...

Anònim ha dit...

Sr. Només, dónde se ha metido?

¿Está "pergueñando" la parábola del buen agrimensor?

Gwynette ha dit...

Et trobem a faltar !...y la Gladys, també !!

Petonets

Inés Toledo ha dit...

Un besito, en el verano las compañeras de piso migran, y aunque estoy bien acompañada, siempre me pongo tristuca, se me hace grande la casa...

Días raros, de ahí que ni siquiera pueda concentre en escribirte sobre tus cuentos.

Esta mañana he vuelto a ver "Amanece que no es poco".

¿Te aucerdas del pobre Enrique San Francisco intentando que le cambiaran el personaje?

No es que yo quiera cambiarte mi personaje... es que me gustaría arrendártelo, para cuentos y bichos y flores. A ver si así descanso un poco de él.

igniszz ha dit...

Y los chicos del pueblo la llamaban loca,
Y unos hombres de blanco la dijeron ven ...


Como ves, son historias de cada dia.