dijous, 24 de gener del 2013

el facha


Ir cada miércoles a cenar con aquella familia era un suplicio. Un compromiso heredado que en los dos años que duró, fui incapaz de romper. Estaba compuesta por un marido siempre ausente, un abuelo dandy y masón que intentaba besarme en los labios cuando me despedía en la puerta del ascensor y una madre con dos hijas, gordas las tres. 

El apartamento de esta gente estaba en Cinisello Balsamo, un barrio obrero de Milán, tenía falsas columnas griegas y el teléfono forrado de leopardo. Se las daban de marqueses en aquel decorado de cartón piedra, rancio y ridículo.
Han pasado treinta años pero recuerdo con nitidez la noche en que invitaron a un amigo del marido ausente a cenar. Se llamaba Vittorio, un sesentón dicharachero y fascista. Al saber que yo era de Barcelona empezó a contar sus anécdotas de piloto bombardeando mi ciudad durante la guerra civil.
Tuve que ir a vomitar.
Las noticias publicadas estos días me lo han recordado.



4 comentaris:

liuva ha dit...

No cabe duda que su día de la suerte es el miércoles. Ese día o la palma o le intentan morrear abuelos cebolletas o le bombardean la ciudad los fachas.

Lo de tener columnas griegas falsas es bueno o es malo. Por cierto, me dejó ayer algo preocupada con eso del despacho al aire libre. Yo pensaba que los despachos por definición eran lugares con techumen. Pero héteme aquí que en Benarés los astrólogos hacen el negociado en despachos al aire libre, o sea, en la puta calle. Cómo me gustaría a mí trabajar el un despacho con vistas a la luna, eso sí, le pondría en la entrada falsas columnas griegas que molan mucho, y un teléfono de leopardo.

Que usted lo vomiten bien, señor.

Manel ha dit...

Jo li hagués vomitat a la cara

la desanchá ha dit...

O en la entrepierna.

Caruano ha dit...

¿Intentó morrearlo un abuelete?
Seguro que hoy lo recuerda con desagrado, pero piense que cada vez está más de moda la gerontofilia y que algún día, cuando usted sea viejuno, agradecerá que las jovencitas se fijen con agrado en sus delicadas arrugas y se deleiten con sus plateadas sienes.
¿Vomitó con las narraciones del facha? Bien hecho. ¿Vomitó pizza? Dicen que la pizza es uno de los platos de la "re coquinaria" que tiene el mismo aspecto recién preparado que recién vomitado. No sé yo. Mucha lengua viperina hay por ahí.