
A veces, la suma de los momentos que se viven con los sentidos despiertos, atentos a no dejar escapar ni una brizna, ni una chispa, es sorprendentemente corta. Si reunimos los instantes que somos capaces de percibir el milagro de la oportunidad única, irrepetible, que nos ha sido dada, veremos que el tiempo empleado, quizás es más corto que la vida de esta mariposa.
La mariposa es una Papillo machaon
Sí, quizás.
ResponEliminaPero es que la suma de los totales componen la vida, y no podemos fragmentarla.
Efímeros. Quizás más que la mariposa, y tan relativo como es el tiempo, dependiendo del tipo de animal que nos haya tocado vivir. Incluso siendo este animal que somos, vida y tiempo son relativos, aunque coincidamos en infancias lentas y en una madurez que nos atropella, cada vez, más y más veloz, angustiosamente veloz.
que si, que si, que la teoría nos la sabemos todos, luego vienen las prisas...
ResponEliminaInquietante. Lo que decís y la belleza de la Papila no se cuánto. La mariposa, vamos.
ResponElimina¿La mataste con el tele??
ResponEliminaJoder Buendi, es que con esos pepinos que usas,
tienes que ir con más cuidado :)
Fantástica la foto,
pero esta vez, me quedo con tu texto…
Petonets
La esencia de la vida son esos pequeños instantes que no hay que dejar escapar. Aunque a veces somos demasiado precavidos y convencionales para vivirlos.
ResponEliminaPrefiero tener una vida corta e intensa que una larga, anodina y aburrida, parece decir tu mariposa mostrando el delicado diseño de su cuerpo.
Y yo también, “borboleta”
Un abrazo, Albert.
Eso es la inspiración, ¿no?
ResponEliminaComo todo, hay que saber disfrutarla, igual que hay que saber llenar los años de vida, en vez de llenar la vida de años, como decia Gaston Rébuffat, un gran alpinista de la vieja escuela.
Las mariposas son la metáfora perfecta para expresar esa idea, y tus fotos son la muestra perfecta para expresar su belleza.
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ResponEliminaMosquito, lo he borrado, era una tontería.
ResponElimina:)
Me consuelo pensando que hay gente que en toda su vida es incapaz de atrapar un solo momento de esos de vibrar con el mundo, y que sus vidas son largas de cojones, pues lo malo, ya sabes... suele hacerse eterno.
ResponEliminaPor suerte, otros sentimos que las horas se nos escapan, y que incluso dormir, es perder un poco de tiempo de ese capital con fecha de caducidad, que pronto acabará por determinarnos, ya sabes.. el final...
No se donde encuentro mas belleza y sentimiento, si en tus palabras, o en la fotografía.
Un beso.
Pero el sistema me escamotea esa mariposa, ¡no la veo!
ResponEliminaCasi estoy reviviendo tu instante. Que grande es la fotografía!
ResponEliminaEn la vida como en el sexo, los largos tiempos entre los que se intercalan esos instantes mágicos pueden ser un triste relleno o casi tan plenos como aquellos, dependiendo de si les acompaña la intención o de si transcurren simplemente porque sí.
Olé mis guevos!.
"Jesús A. un día de enero del 2008"
Yo también lo he borrado, ya que uno sin otro no tenían sentido.
ResponEliminaAhora bien, conste que anoche me reí lo mío.
:)
HAy momentos eternos que no entienden ni de horas ni de siglos...se perpetúan "ad infinitum" en el corazón de las cosas (AYYYYYYY, que cursi sigo...;)
ResponEliminaAlgo siniestro en mí me hace preferir las polillas a las mariposas...
ResponEliminaLa transformación, Clarice.
M'he llegit més d'un cop aquestes paraules màgiques, en castellà i en català, i en català i un altre cop en castellà... el miracle de l'oportunitat única, irrepetible, la nostra vida tota concentrada en la vida d'una papallona
ResponEliminapels sentits desperts, salut!