Querida,
me gustan los circos pequeños y entrañables. Esos circos familiares donde todavía quedan domadores de gatos y serpientes y otros animales domésticos. Mi favorito es el Circo Marino, un minúsculo circo calabrés, mísero y desalmado. Marino tiene esclavizada a una familia búlgara. A la hija mayor, Giusi de 19 años la obligan a bañarse en una cubeta con pirañas y si intenta escapar la retienen a empujones. A su hermana Ana, de 16, le tiran serpientes y tarántulas haciendo las delicias del público.
He sabido que los padres están confinados en la cocina y recogen las cacas de los perros.
Marino les paga 100 euros al mes. Que tonto, yo no les pagaría nada.
(De una noticia del periódico)
La carta está publicada sin permiso
La ilustración está publicada sin el consentimiento del propietario.
La ilustración no tiene nada que ver con la historia pero recuerda a una piraña.
ResponEliminaSi el circo es calabrés...¿por qué descalabra a los pobres búlgaros?
ResponEliminaPor cierto... si la imagen es una piraña.... ¡joder, con Giusi, vaya pieza!
un abrazo.
Parece que últimamente las noticias dan para mucho, pecisamente esta mañana pensé en lo que daría de sí un titular como este 'Fujimori pide disculpas por dormirse y no usar calcetines durante juicio' (¿acaso el juez va revisando los pies de los acusados?) que leí en un periódico de mi mundo boca abajo. Claro que peor fue otro que encontré después en la prensa gala del descubrimiento de un bebé dentro de un congelador (¿la evolución camina hacia la antropofagia?)
ResponEliminaEn fin, que me quedo con tu raspa (aunque sea de piraña).
Saludos.
Las pirañas son amigas de Giusi, y le hacen cosquillas con la nariz.
ResponEliminaMarino es idiota, no se da cuenta, y un día Giusi se convertirá en una piraña gigante y se lo cargara de un picotazo. Se convertirá en una piraña gigante con pico, y con alas y con orejas de elefante, y ganará mucho dinero en la televisión. Incluso tendrá su propio programa de entrevistas. Los grandes diseñadores de París se darán picotazos por verla en sus desfiles. Y Giusi le comprará una casa muy grande a su familia, con un jardín lleno de alcachofas (¡qué ricas!), y se balanceará en las telas de las tarántulas y al ver que no se rompe ira a llamar a otro elefante.
Yo creí que era la raspa de la pescadilla de antes.
ResponEliminaP.D.:Si el mantel no es suficiente puedo añadir un bote de pimentón antiguo (vacío) y unas auténticas maracas cubanas (una de ellas, rota)
Qué relato más extraño, Albert, angustioso tambíen ...
ResponEliminaEl dibujo como siempre precioso... ¿Así que sín permiso del autor? Tu "alter ego" se enfadará seguro...
Ptons :)
Sin permiso del propietario, no del autor.
ResponElimina:)
La historia es cruel y real, sí.
Tienes razón en matizarlo, no es lo mismo..
ResponElimina¿Pero no me estarás vacilando?
:( ¿Esta historia es real?
no me gusto nada la historia, porque no lo tiran a las pirañas?
ResponEliminaLeído, también, en el periódico de hoy. Ya nada me sorprende de esta puta humanidad deshumanizada.
ResponEliminaSento repetir-me, però m'encanten les teves il.lustracions, grafista.
Marta.
(penso apuntar-me al Cercle artístic Sant Lluc, a veure si aprenc...)
ResponElimina(pienso apuntarme en el c
Centre artístic Sant Lluc a ver si aprendo)
Jo hi vaig a dibuixar de tant en tant
ResponEliminaSelma,
ResponEliminaNo, no me lo he inventado:
http://www.20minutos.es/noticia/362978/0/jovenes/esclavizadas/circo/
Cecy
A mí la historia me gusta, las historias de gente desalmada pueden tener encanto. La pena es que sea real y lo peor es el público. ¿Qué hacían mientras los canallas obligaban a las chicas? ¿Comían palomitas?
De Cenizas
Es la raspa de la pescadilla, pero me apetecía ponerla
:)
Isa
He visto el vídeo de Fujimori. Sería cómico si el personaje no fuera un canalla. Lo de los calcetines no lo sabía. Qué bueno.
Nootka
Marino es idiota, sí
La pirañas, menos
Un jardín lleno de alcachofas y sedano y melanzane y tomates cherri saería bonito para Giusi. Ojalá lo consiga. Marino está en la cárcel.
Jo no hi he anat mai, però potser que m'espavili una mica... Si hi arribo a anar, t'ho explico (després, òbviament. No crec ni que coincidim en el dia, ni que ens reconeixem l'un a l'altre).
ResponElimina(he de traduir tot això?)
És un lloc extraordinari però que li queda poc temps en el seu emplaçament actual. Val la pena haver-lo conegut abans no canvii
ResponEliminaLLevo un rato mirando la ilustración y por fin he conseguido ver la piraña.
ResponEliminaAunque he confesar que me ha costado...
...como no se rompía fueron a llamar a otro elefante...
ResponEliminaMaría
ResponEliminaes normal que te cueste: es una piraña anciana y desdentada
Nootka
Pero si Marino no ha visto un elefante en su vida. Que más quisiera ese domesticador de alimañas y ufólogos. Su mujer le engaña con todos sus enemigos y además bebe y se cree guapo pero lleva un peluquín grasiento. Es un ser despreciable y patético. Un bellaco triste y ruin.
Me encantó el dibujillo del pez... es tan naïve!
ResponEliminaTienes mucho talento Nomes...
Me quedo impresionada. La historia, es tremenda, no parece ser verdad, y lamentablemente, estamos viviendo en esta barbarie!
ResponEliminaLa foto lo matiza, si bien vos vés una piraña ahí, no lo "parece", da como un contraste.
Siempre sorprendiendo, Només.
Aaaay... esa niña y su barreño con pirañas me recuerda mucho a mi infancia. Pero qué bonita quedaría esa raspa en mi cocina!!!!
ResponEliminaNo es una raspa, es La Rasp (en francés en el original)
ResponEliminaTremenda la noticia real, y preciosa tu adaptaçao bloggera, porque así, en lo literario, qué quieres que te diga, me ha gustado el circo!
ResponEliminanunca me gustaron los circos, pero hace años fui a uno de artistas plásticos super poético y loco que suele actuar en las afueras de parís, surrealista y estético, y me he acordado de él, domadores de gatos y otros animales domésticos
me gusta que seas el primero en comentarte
Siempre me causaron tristeza.
ResponEliminaOdio los circos, incluso ese francés tan de moda ahora, y que no me acuerdo como se llama.
ResponEliminaCuando era chica mi papá me llevó a ver el circo del canguro boxeador, y justo ese día (ja!) el canguro no pudo boxear porque le dolía la panza. Ojalá haya boxeado al dueño.
jajaja
ResponEliminael circo francés ese es el peor. Peor que el de Marino no, pero casi.
:) :) :)
pero me gustan sus historias, inventar historias que tengan que ver con ese mundo triste y decadente.
ResponEliminatambé pot representar la trista vida que tenen aquest personatges que expliques...però si, sembla la cara d'una piranya, però divertida :) m'agrada.
ResponEliminaPobre gent....
Petons maco, una abraçada, molt bon cap de setmana.
Respecte a fer la foto en ple vol, no puc amb el meu objectiu, però ha de ser fabulós :))
La ilustración m recuerda a nuestra sardina.La historia, a un invento No més. Un invento basado en seres atrapados en vidas que odian
ResponEliminaEs una lástima que se lean cosas como estas a estas alturas, doloroso más bien, pero creo que como hay justicia las pirañas terminaran con los dueños del circo los bulgaros serán libres...
ResponEliminaTienen que terminar las exclavitudes!!!!!
besikis!!!!!!
La carpa de un circo siempre ha encerrado una gran dosis de tristeza. Siempre lo he percibido así. Y sin embargo me encantaba ir cuando mi hijo era más niño. Pero, fuese cual fuese el circo, siempre iba enfilado por carromatos que llevaban a cuestas la decadencia.
ResponEliminaTus obras me gustan mucho, mucho.
Besos,
Yo también odio los circos !!! o_O
ResponEliminaCreía que era una coña, y he puesto en San Google:"Circo Marino"...y ostras!!! es verdad!!!! O_O
Como está el mundo, Facundo !!
Petonets
Triste historia. Se le quitan a uno las ganas de hacer comentarios jocosos.
ResponEliminaLa raspa esa tiene cara de simpática.
33 comentaris! No et pots queixar! Després dius que no t'estimem...
ResponEliminaLa raspa la inventó
ResponEliminaun hombre con bigote,
por eso la bailamos
los cuatro monigotes…
Hasta que logré escapar del circo calabrés por el desagüe de la bañera, era la contorsionista, Marino me obligaba a cantar esta tonta canción mientras él le daba de comer los esqueletos de las sardinas a su gato y reía con la boca llena y la mandíbula batiente.
Señor “nomes”, odio a los domadores.
Un abrazo.
pedir permiso siempre me ha parecido de cobardicas
ResponElimina