Ahí va: MI MADRE SE VIENE A VIVIR CON NOSOTROS.
Ya sé que es muy duro para ti; ya sé que está insoportable desde que bebe tanto y blasfema sin parar.
Pero si te lo tomas por el lado bueno, hace unas empanadas de chorizo de matanza que le hacen saltar a uno las lágrimas.
Ay! y no te enfades, mi amor. Y hablemos, que los problemas hablando se arreglan, es lo que dice siempre mi psiquiatra.
Tuyo.
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A mi no me estraña que su madre ande maldisiendo con el hijo que le tocó.
ResponEliminaTuyo, cobarde!!!
ResponEliminaIba a escribir "quiero ver qué opina Gladys al respecto" pero ya veo.
ResponEliminaSi continuáis soltando esas lindezas sobre mí, seguro que manda la boda a paseo. Y será por vuestra culpa ¡arpías!
ResponEliminaNi una sola palabra sobre el tema. Bebamos con tu madre al son de la empanada y a hacerla engordar hasta que estalle,después ya nos pondremos a régimen tú y yo.
ResponEliminaEl mío (mi psiquiatra) dice en cambio que los problemas se arreglan compartiendo empanadas de chorizo de matanza.
ResponEliminaA mí, la verdad, estas divergencias de opiniones me empanan (y no con chorizo, precisamente).
Nada de anular la boda. Y sobre todo, una cosa: la tarta de novios que sea de chorizo. Y no olvides, antes de proceder a cortarla, buscar con la mirada el beneplácito de mamá.
Jojojo...
Respuesta concisa, ya que esa carta ha sido para mí. Es decir, amén de que está en mi buzón de correo-entrada:
ResponEliminaAmor,
No temas más nada. Tus fuerzas no han sido en vano, con madre y to, nos casamos.
Eso sí,
cuándo vayamos al centro comercial, por favor, la metemos en el chiquipark.
Gracias amor.
pd. menos mal que hablamos.
Tuya de un tiempo a ésta parte.
(ya tu sabés)
;P
Un pellizquito en tu barbilla...
Sí, si los psiquiatras dicen muchas cosas con tal de que aguantes en el diván. Lo que más les gusta decir es son tresmil y el diván.
ResponEliminaDonde conviven tres pueden hacerlo cuatro. A partir de ahora tendréis la fortuna de poder disfrutar de la compañía de mi suegra.¡ Buena suerte la vuestra! ;-)
ResponEliminaMira, si hace empanadas por mí no hay problema, no vamos a dejarla en la calle a la pobre señora. Por cierto ¿qué tal se le dan los canelones?
ResponEliminaBueno, las empanadillas son todo un puntazo...
ResponEliminaSaludos y gracias por la sonrisa.
Querido amigo, lo material no tiene valor, escape usted de su madre y su señora. Realicese espiritualmente en nuestra comunidad. Nosotros le podemos salvar del peso opresor que ejerce en usted tanta plata.
ResponEliminaApoyo la primera parte de domínguez, aunque no la segunda. O más bien, si yo fuera la esposa aprovecharía para huir de usted y de la empanada de chorizo, que a mí me haría llorar por vegetariana.
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